Fue una noche en aquel remoto lugar, que se parecía tanto al fin del mundo, que tal vez lo era y nadie lo sabía, aquella noche tan surrealista como todo aquel verano. Se sentó en el suelo y observó a su alrededor como si de una película se tratara. Observaba y no entendía porqué capricho del destino estaba toda esa gente en ese lugar, esa gente tan distinta, todos sus amigos, bajo esa noche plagada de estrellas. Y mientras miraba las estrellas recordó lo que alguien le contó una vez, una paranoia sobre que todo y todos estamos formado por polvo de estrellas.
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